sábado, 24 de agosto de 2013

The Woman in Red

Tras mi proyecto del collar tribal, el siguiente paso, y ya que el bolso ya tengo, eran los zapatos. Ya tenía unos zapatos rojos, o eso creía. Pero cuando los saqué de la caja... mmmm. No eran muy aptos para una boda. No suelo llevar zapatos de colores vistosos, pero esta ocasión lo merece y me empeñé en que fueran esos. Pero necesitaban una reforma, la reforma más simple de la historia!



Necesité:

  • Pegamento extra fuerte
  • Tijeras
  • Pinzas de sujeción
  • Cinta del color que queráis
  • Los zapatos viejos
  • Una aguja gordita




Una vez todo listo para empezar, cogemos la cinta. La mía era roja, no quería cambiar el color del  zapato, pero si queréis unos zapatos totalmente nuevos, basta con comprar una cinta de otro color. La idea de la cinta me vino cuando vi el estado actual de los zapatos. Vosotros mismos...



Esas tiras debían cubrirse bien. Por lo tanto, es cuestión de ir pegándo la cinta con mucho cuidado, sobretodo con cuidado en los extremos de las tiras del zapato, donde toooodo debe ir bien cubierto y asegurado con el pegamento extra fuerte.





Y a la hora de recubrir las tiras de los zapatos, hay que hacerlo de manera que queden bien tensados, con las menos arrguas posibles, y siempre en la misma dirección.



Lo habitual en las sandalias es que en una de las tiras lleven agujeros para la hebilla. Es ahí cuando entra en acción la aguja gordita.  Podéis sustraerla de cualquier costurero maternal que tengáis a mano. la idea es ir perforando la cinta a medida que la vamos colocando por encima de los agujeros, por un lado y por otro. Quizás las imágenes os lo aclaren mejor!




Yo puse pegamento extra fuerte por encima de los agujeros una vez hechos, para que queden más duros y no se deshilachen a la mínima.


Cuando lleguemos a los extremos finales de las tiras de la sandalia, los aseguramos con un extra de pegamento, y lo sujetamos un momento con una pinza de tender.


Podéis ver que la diferencia entre el antes y el después es bastante importante. Al menos ahora no me dará vergüenza ponerme mis sandalias nuevas, a conjunto con el collar y con... con EL vestido.


Esas venas son mías? :S

Creo que ya sólo me queda enseñaros el peinado, también de cosecha propia, y que creo que quedará genial. El vestido lo guardo para el final, porque soy así de chula! :D Hasta la próxima!


viernes, 23 de agosto de 2013

Tribal War!


Cambio de planes!!!! He encontrado fieltro hoy por casualidad (pocos colores, para mi desgracia) pero menos es nada. Y como andaba yo pensando en unos cambios de última hora en mi vestido para la boda, me vino la inspiración para los nuevos complementos. Estoy aún más contenta con el resultado actual. Necesitaba un collar tribal o místico, o similar, y ha sido tan sencillo que aún no me lo creo. Y gracias al fieltro!



Aquí lo que necesitaremos: Hilos de los colores que más os gusten. Estos tres (marrón, rojo y azul turquesa son los míos en esta ocasión), tijeras, pegamento y un trozo de goma elástica. También sacad la plantilla del collar babero, que nos hará falta!



Con la plantilla, recortamos en el fieltro lo que será la base del collar. Lo modifiqué un poco, porque lo quería un poco más ajustado a la garganta. Vosotras mismas sabréis por dónde tirar según el atuendo.



En el fieltro marcamos la mitad del collar. Y a partir de ahí iremos añadiendo pequeñas marcas para saber dónde habrá que cambiar de color. Podéis rallar tranquilamente todo el fieltro, porque al final no se verá ni media de ese color amarillo canario tan feo.



Como veis, voy enredando los hilos según las secciones. Al hacerlo así en diagonal, le da ese aspecto tribal que yo quería. Cada vez que cambiéis de color, asegurad bien el anterior con pegamento.



Y así vamos marcando las zonas. Aquí podéis ver cómo va quedando y cómo iría cambiando de color poco a poco. Digo poco a poco porque vais a necesitar muuuucha paciencia con las vueltecitas de los hilos.




Antes del último color, colocaremos los dos extremos de la goma (ver imagen) y los aseguramos con pegamento extra fuerte. También irá hilo por encima, con lo que no habrá peligro de que se desmonte.



Y acabamos de cubrirlo con el último hilo. Ya estará terminado el collar y listo para usar! (o mejor me espero a la boda, vamos).




De paso, os enseño unos donuts que hice hace poco. Imaginando que iban a ser un desastre, visto mi arte culinario, no os imagináis la sorpresa que me llevé con el primer bocado. Buenísimos!



Y ahora sí, esto es todo amigos! Hasta la próxima, con más y mejor!



miércoles, 21 de agosto de 2013

La joya de la corona


Madre mía lo que descubrí por mi querido youtube! La existencia de plantillas para hacer tus propios collares babero. El nombre no me apasiona, pero como es natural en mí, enseguida mi cerebro se puso a maquinar cómo me saldría a mí una de esas cosas. Y bueno, con cuatro cosas que tenía a mano hice el experimento. Experimento que, por cierto, se ha convertido en algo muy cuco. ¿O no?




Lo que usé finalmente fueron los siguientes materiales: una hoja de papel, lápiz, cosas circulares para hacer mi propia plantilla, tijeras, pegamento, fieltro o gomaeva (yo usé gomaeva porque en mi pueblo es imposible conseguir fieltro en una hora), piedrecitas, cinta más o menos ancha, un mechero y un plastidecor blanco. Ya veis que es poca cosa :D

Sobre la hoja de papel, cread vuestra plantilla propia o imprimidla desde cualquier página de Internet.Recordad, Google lo sabe todo! La recortáis lo mejor posible (no, cortar no es lo mío), y una vez tengáis la plantilla, en mi caso, puse por encima, sin pegarlas, las piedrecitas que iba a usar. Así me hacía una idea de cómo las quería y si me cabían bien. Salió esto:

Raro, ¿no?


Me entretuve dibujando sobre la plantilla las gemitas de mentira y las pinté. Lo que hace el aburrimiento. Pero me fue útil para luego, ya veréis. La cosa es que ahora la plantilla la tenía que trasladar a la gomaeva negra. Al ser gemas de colores, el negro haría que resaltaran mucho, era la opción adecuada. Con el plastidecor blanco se marcaba ligeramente y luego se podría borrar. Y eso hice.

Aquí enseñando la gomaeva
Aquí marcando la plantilla.

¿Véis?
Y recortamos con cuidado la silueta de la plantilla. Aquí sí que hay que ir con mucho cuidado, es la figura que quedará al final, y queremos que salga bien, digo yo.




 Una vez recortado, podemos ir colocando las gemitas tal y como habíamos pensado con la plantilla. A veces queda diferente, más espaciado, y lo podemos recolocar como mejor quede. La cosa es pegarlas todas después de la misma forma con el pegament extrafuerte!



Aquí todas las gemitas ya pegadas muy bien.
Cortamos dos tiras de cinta negra (o del color de vuestro fieltro/gomaeva) y quemamos los extremos ligeramente con un mechero, para que no se deshilachen a la más mínima.


Si, aquí necesité ayuda externa... :$
Y pegamos las dos cintas, independientemente, a nuestro collar. Si la cola es muy fuerte, con eso os bastará. Si os fiáis poco o nada, podéis coserlo con hilo y aguja (quién sepa :S).


Et voilà!
 Ha sido muy entretenido hacer este collar. Creo que me he animado y es más que posible que haga más modelos de collares babero. Quién sabe, seguramente acabe volviéndome loca y haga un collar con cualquier chuminada que me encuentre por el suelo, y yo tan feliz, que no sé estar quieta.



La próxima vez más y mejor! Y algo muy muy dulce ;)

lunes, 19 de agosto de 2013

Vamos de Boda!

En breve un buen amigo mío se casa. Hacia ya que no iba a una boda... puff! Ni sé qué se pone la gente ni nada, así que, como no tenía la menor idea de qué podía llevar, y viendo, como no, vídeos de Youtube, me vino la inspiración para tener unos zapatos que a mí me gustaran. Y bueno... me puse manos a la obra. Lo que hace el aburrimiento!

Para que vayáis abriendo boca:



Materiales que necesitamos:

Para los zapatos -
  • Unos zapatos customizables (viejos, que no uséis, etc)
  • Cinta de carrocero
  • Purpurina del color que queráis (cuanto más fina, mejor)
  • Cola blanca (y un poco de agua)
  • Laca (la del pelo también sirve!)
  • Tijeras y pincel.

Para el clutch -
  • Hojas enteras de diario
  • Tijeras
  • Un lápiz
  • Pegamento en barra
  • Cola blanca (y un poco de agua)
  • Pincel
  • Tela (por ejemplo, de una camiseta que no usemos)
  • Velcro (si es del color de la camiseta, mejor)
  • Pinzas de tender
  • Aerosol del color que queráis
  • Purpurina (acorde con todo lo demás)
  • Cola de contacto
  • Laca

Madre mía que listas... Pero no os asustéis. Es todo muy económico y fácil de encontrar. Vamos allá! Empezamos con el clutch o bolsito de mano. Cogemos los diarios y, hoja por hoja, la enrollamos en diagonal hasta formar unos tubitos bastante largos. Los pegamos con cola para que se queden fijos. Para que se enrollen bien y con una medida buena, podéis ayudaros con el lápiz. Y una vez tengáis los suficientes según el tamaño que queráis para el bolso (yo usé 20 de ancho -que se dividían en 10 y 10- y unos 11 de largo), aplanad los churritos para que os queden como en las imágenes:

Lo más planos que podáis.


Cuando los tengáis listos, vamos a tejer. Sí, sí. A tejerlos entre ellos. Muy fácil. Una imagen vale más que mil palabras, dicen:


Los aplanamos todos seguidos (la cantidad que queramos para el ancho)
Y vamos tejiendo como si estuviéramos delante de un telar
Recordad, uno por arriba, uno por abajo. E id apretándolos bien!

Os quedará una plancha de papel de diario tejida, bastante dura, pero vamos a reforzarla más. Vamos a poner un poco de agua en un recipiente pequeño, y el doble de cola blanca. Removemos y aplicamos por un pincel por toda la plancha. Primero una cara y luego la otra, cuando se haya secado bien. Quedará muy resistente.


Ahora recortamos dos tiras más anchas de papel. Irán en los laterales y la parte superior, para que el bolso tenga un acabado más lucido. Los doblaremos por la mitad para que cubran bien las esquinas.


Lo pegamos con cola de contacto y lo sujetamos con pinzas. Esperad que se seque muy muy bien!



Y una vez seco, vamos al aire libre o a una habitación muy bien ventilada. Con un aerosol del color que os guste, pintamos ambos lados de la plancha de diario tejido. Aseguraos de cubrir bien todas las rendijas y recovecos, hay muchos:



Cuando esté seco, podemos recortar un rectángulo de una camiseta vieja. Yo elegí una negra que no usaba nunca, por ser demasiado calurosa, y la pegué en la parte interior. Hay cola especial para tejidos, pero la cola de contacto también hace el trabajo sucio. Lo sujetamos con pinzas.


Cuando la tela esté bien sujeta, podemos pegar el velcro en la parte inferior y superior. Pensad que luego el bolso irá doblado, y ambas partes del velcro deben encajar para que funcione.





Podemos, a partir de ahora, añadir todos los detalles que queramos. Yo, para que fuera a juego con los zapatos, recubrí la parte superior con purpurina plateada, con cuidadín!



Ya sólo queda darle una capa de laca y dejar que se seque al sol o con mucha ventilación. Y listo!


El resultado final es muy vistoso. Y si, además, va a conjunto de los zapatos, pues mejor ¿no?



Y listo el clutch ultracasero, vamos a por los zapatos!  En mi caso, tenía unos zapatos que por mucho que los lavara, estaban muy machacados y se veían bastante mal. Juzgad vosotros mismos:


Así que esos fueron los elegidos para la customización, además de que, en sí, son muy cómodos para una boda. Así que cogemos la purpurina elegida (yo mezclé purpurina plateada y purpurina negra, porque tooooodo gira en torno a una pulsera que me regalaron) y la colocamos en un recipiente que nos permita luego ir espolovoreándola con facilidad.




Con la cinta de carrocero, vamos a ir cubriendo, con mucha paciencia, todo el zapato. Si no queréis que la purpurina sea permanente, es la mejor solución. Sólo hay que hacer 4 tiras de cinta con una pestañita, que irá en el interior del zapato, para luego retirar todo sin problemas. Si queréis que el zapato quede permanentemente con la purpurina, podéis omitir el trabajazo de la cinta de carrocero. Lo mío era una prueba, así que cinta de carrocero que va.

Aquí la pestañita.
Intentad hacer los menos cortes posibles
Cubrimos también la cuña!
Ahora, la cinta de carrocero la vamos a cubrir con cola blanca con agua (dos partes de cola por una de agua, recordad!). Ayudaos con un pincel gordete, será más fácil así. Y sin que se seque, iremos espolvoreando la purpurina por todo el zapato.






 Dejamos que seque tranquilamente, sin prisas, e incluso podéis poner bolas de papel dentro del zapato para que mantenga la forma. Ya sólo quedará darle una capa de laca y ponerlas al sol!


 El resultado es espectacular. Muchos me miraban raro cuando compraba la purpurina. Se han tenido que callar! Dan el pego, oye!




En fin, cuando haya fotos de la boda ya veré si las pongo (muy bien tengo que salir! muajajajaja) Hasta la próxima!!!